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viernes, 1 de enero de 2016

LA SEXUALIDAD HUMANA




     La sexualidad humana se extiende por casi todas las áreas de nuestra vida. La sexualidad implica mucho más que las diferencias físicas entre los hombres y las mujeres y va más allá del acto físico sexual. Entender nuestra sexualidad es esencial para determinar nuestras relaciones con las demás personas y para manejar apropiadamente nuestros deseos. Posee unos códigos biológicos definidos genéticamente, la estructura y la disposición de los órganos genitales responden de una forma perfecta a la función reproductora, la fisiología de la sexualidad está destinada al mismo fin.... A pesar de ello, trasciende totalmente su función biológica y cobra un sentido distinto al definirse como una relación íntima entre personas, siendo uno de los ámbitos donde la comunicación y la expresión de afectos pueden alcanzar el máximo grado de profundidad. 

     La sexualidad no sólo hace referencia a un campo más amplio que al acto sexual, "coital", también incluye una amplia gama de experiencias corporales y sensoriales placenteras. Según esto, podríamos definir como sexualidad la realización de actividades que generen placer en los ámbitos corporales y sensoriales. Dentro de esta definición podemos incluir actividades como las caricias, los besos, las cosquillas o el masaje y no conducentes necesariamente al acto sexual, al igual que determinados olores, miradas, tonos de voz y expresiones. La vivencia de la sexualidad corresponde al mundo de la multisensorialidad. Una inadecuada formación sexual o ausencia de información, tiene como consecuencia la formación de creencias erróneas acerca de la sexualidad y los comportamientos sexuales, que suelen perdurar durante gran parte de la vida, con las consiguientes repercusiones en la propia conducta sexual y en la forma de disfrutarla. 

     El control del estímulo sexual y su respuesta es una especie de círculo interactivo de influencias. En principio, hay un estímulo sensorial o imaginativo que desencadena un impulso que llega a la médula cerebral, y a través de hormonas e impulsos nerviosos se provoca la orden a los órganos sexuales para que se pongan en acción. En resumen, la sexualidad es una realidad que impregna la vida cotidiana, que nos impulsa tanto al amor como a las formas de agresión más violentas; que perturba los sueños de los adolescentes y alegra la senectud, que incrementa las ventas por publicidad, que es usada como arma de seducción o incluso como una forma de expresión artística.

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