La
sexualidad humana es una parte básica del total de la personalidad y debe ser
considerada como un proceso a lo largo de toda la vida, el cual va desde la
infancia hasta la ancianidad y que tiene consecuencias biológicas, psicológicas
y morales. Las disfunciones sexuales son problemas en el funcionamiento erótico
de las personas que usualmente impiden el desarrollo de una vida sexual plena,
el desarrollo de vínculos eróticos satisfactorios en las parejas y que, muy
frecuentemente deterioran la autoimagen y la autoestima de las personas. Sus
determinantes pueden encontrarse en una variedad de niveles de nuestra
naturaleza humana, desde nuestra constitución biológica hasta la naturaleza del
vínculo de pareja y el ambiente social y cultural en que nos desenvolvemos.
Las disfunciones sexuales son trastornos que tienen su origen tanto
encausas orgánicas (físicas) o psicológicas y afectan tanto a hombres como a
mujeres. Cada vez más personas acuden al psicólogo o al sexólogo para resolver
unos problemas que hasta hace pocos años se abordaban en la intimidad de la
pareja, o simplemente se mantenían ocultos. Son problemas en la respuesta
sexual humana (el deseo, la excitación y el orgasmo) que usualmente impiden el
desarrollo de una vida íntima plena, afectan la salud integral y la autoestima
del individuo, así como su relación de pareja.
Padecer de algún tipo de trastorno sexual es algo muy común hoy en
día. Lo mejor que se puede hacer es buscar el tratamiento adecuado lo antes
posible, para volver a disfrutar de la vida sexual plena que tanto la persona
afectada como su pareja merecen.
Las disfunciones sexuales se presentan en cualquier individuo, en
forma independiente de la edad, sexo, raza, religión, estado civil, etc. Son
muchas y diversas las causas que conllevan a los trastornos de la respuesta
sexual. El 60% de los casos de trastornos de la respuesta sexual son debidos a
una respuesta de ansiedad intensa, específica al encuentro sexual. Otro 20 a
30% está determinado por factores orgánicos, enfermedades psiquiátricas y
alcoholismo. Las dificultades sexuales pueden comenzar temprano en la vida
sexual de una persona o pueden desarrollarse después que el individuo ha
experimentado el sexo de manera agradable y satisfactoria. El problema puede
desarrollarse de forma gradual con el tiempo o puede ser repentino y
presentarse como una incapacidad total o parcial de participar en una o más
etapas del acto sexual. La causa de las dificultades sexuales puede ser física,
psicológica o ambas.
Lo más común es que las disfunciones sexuales obedezcan a causas
psicológicas como un bajo nivel de autoestima, estados depresivos, excesivo
estrés o ansiedad, una historia de abusos sexuales, una mala relación de
pareja, o simplemente un mal aprendizaje de las conductas sexuales. Igualmente
es frecuente en personas que sufren de alguna dependencia, como el alcoholismo
o los psicofármacos. Muchas drogas pueden intervenir en el proceso funcional de
la excitación y el orgasmo. Otra de las causas frecuentes es un inadecuado
perfil hormonal, en especial un bajo nivel de andrógenos. La testosterona es
necesaria para mantener el deseo no sólo en el hombre, sino también en la
mujer, aunque en ella los niveles normales son mucho más bajos.
Cuando se llega a la conclusión de que el funcionamiento sexual es
efectivamente anómalo, es necesario hacer una evaluación que sitúe el trastorno
en el diagnóstico correcto. El aspecto más importante de este análisis es el
diagnóstico diferencial entre causa orgánica y psicológica, si es situacional o
general y si es de carácter primario o secundario.
Entre las disfunciones sexuales más comunes encontramos:
-Deseo
Sexual Hipoactivo: Inhibición de apetencia sexual persistente en el tiempo.
-Aversión
sexual: Miedo irracional a la actividad sexual.
Disfunción
Eréctil (Impotencia): Incapacidad para obtener o mantener la erección.
-Trastorno
de la excitación en la mujer: Incapacidad para obtener o mantener la respuesta
de lubricación.
-Eyaculación
Precoz: Falta de control voluntario sobre la respuesta de eyaculación.
-Eyaculación
Retardada: Retraso en la respuesta de eyaculación.
-Anorgasmia:
Incapacidad de llegar a la fase de orgasmo, tras la fase de excitación.
-Dispareunia:
Dolor en los genitales durante o inmediatamente después de la actividad sexual.
-Vaginismo:
Contracción involuntaria de los músculos de la vagina que impide o dificulta la
penetración.
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