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domingo, 26 de junio de 2016

TRASTORNO DEL DESEO SEXUAL


El Deseo sexual hipoactivo, es considerado como la disminución o ausencia de fantasías o deseos de actividad sexual de forma persistente o recurrente. El trastorno provoca un malestar acusado o dificultades de relación. Una persona sana se interesa por la sexualidad, sobre todo después de llegar ala pubertad. El deseo es más intenso en algunas épocas que en otras, disminuye cuando una persona está demasiado absorbida por su trabajo u otras actividades y aumenta cuando la persona tiene una oportunidad sexual excitante y cuando está en compañía de una persona que le atrae mucho.
Son muchas las personas que padecen este problema, aunque no todas llegan a una consulta profesional para recibir el diagnóstico adecuado y la ayuda psicológica y sexológica  que requiere el trastorno. Siendo la esfera de la sexualidad tan importante para la calidad de vida del ser humano, muchas de estas personas vivirán insatisfechas e infelices. En el plano de la pareja esto puede tener consecuencias importantes. Aunque un buen número de individuos no revelarán ante su pareja esta situación, y podrán seguir manteniendo relaciones sexuales, pero sintiendo una gran apatía. En otros casos, la ausencia de deseo y hasta las disfunciones que pueden aparecer en carácter reactivo (impotencia, dispareunia, anorgasmia) harán que la actividad sexual de la pareja mengüe y hasta desaparezca, lo cual lleva generalmente a serios problemas de relación.
Aunque a veces el problema puede estar motivado por alguna anomalía orgánica (carencias hormonales, trastornos endocrinos,  insuficiencia renal, etc.) lo más normal es que el problema obedezca a causas psicológicas como un bajo nivel de autoestima,  estados depresivos, excesivo estrés o ansiedad, mala relación de pareja, una historia de abusos sexuales, etc. Esta disfunción requiere un  programa de tratamiento más largo y más completo que otras, aunque el terapeuta en este caso puede ayudarle a descubrir las causas que motivan dicha inapetencia sexual y a proporcionarte  recursos necesarios para que dicho deseo se vea incrementado.
El tratamiento se debe orientar hacia los factores que pueden inhibir el interés sexual y con frecuencia pueden ser múltiples. Algunas parejas necesitarán trabajo de mejoramiento de la relación o terapia de pareja antes de centrarse directamente en el incremento de la actividad sexual. Algunas parejas necesitarán un poco de instrucción sobre el desarrollo de destrezas en la  resolución de conflictos y requerirán ayuda para resolver las diferencias en aquellas áreas no relacionadas con el sexo. El entrenamiento en la  comunicación para hablar a nivel de emociones, mostrar comprensión, resolver las diferencias de tal forma que refleje sensibilidad y respeto por los sentimientos de ambas partes, aprender cómo expresar la ira de manera constructiva y reservar el  tiempo para las actividades de la pareja, el afecto y hablar tienden a estimular el deseo sexual.
Muchas parejas también necesitarán concentrarse directamente en la relación sexual, donde a través de la educación  y las tareas de pareja puedan expandir la variedad y el tiempo dedicados a la actividad sexual. Es posible que algunas parejas necesiten concentrarse en las formas de poder acercarse sexualmente a la otra persona de una manera más interesante y conveniente y en cómo rehusar una invitación sexual de una forma suave y discreta.
Los trastornos de deseo sexual son con frecuencia los problemas sexuales más difíciles de tratar, en especial si se presentan en los hombres. Por lo tanto, se debe buscar asesoría de un especialista en sexualidad y terapia de pareja. 

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