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viernes, 4 de marzo de 2016

¿CÓMO SE ESTABLECEN LAS RELACIONES DE PAREJA? (PARTE II)


El proceso de atracción es sumamente complejo e influido por un sinfín de factores a distintos niveles. Es un tema que ha preocupado mucho a los estudiosos del comportamiento humano y de las relaciones de pareja. Hay teorías que intentan explicarlo por medio de procesos químicos, genéticos, hereditarios. En cualquier caso, para la mayoría de las personas existen patrones de comportamiento que suelen repetirse una y otra vez  y éstos suelen suceder en varias etapas.
En una primera etapa llamada de Estímulo, donde el primer contacto puede determinar lo que pueda suceder después, la atracción física y los atributos externos cumplen un factor primordial. Las colonias, los perfumes y el olor que desprende una persona, ejercen una atracción, o rechazo, significativo en una relación que comienza. La suma de todos los detalles nos puede dar una idea bastante exacta de quién tenemos enfrente. En cuanto al lenguaje del cuerpo, la opinión más generalizada entre los psicólogos es que lo más importante de la comunicación entre humanos no es verbal. Estos mensajes crecen, a pesar nuestro, cuando estamos cerca de alguien por quien nos sentimos atraídos. Muchas veces, en vez de exteriorizar los sentimientos, procuramos ocultarlos, consiguiendo con frecuencia un resultado distinto al que pretendíamos.

En una segunda etapa la de valor, la formación de impresiones es la antesala de cualquier relación interpersonal, es uno de los primeros elementos que se presenta en la interacción entre los sujetos, donde los individuos forman una imagen coherente respecto del otro a partir de la información que reciben, la que siendo positiva tenderá a provocar en el sujeto un interés por iniciar la interacción, lo que estará motivado y definido por las semejanzas, sean estas de tipo ideológico, culturales o simplemente de intereses comunes. Las personas establecerán, con mayores probabilidades, relaciones íntimas con una persona simpática, agradable, profunda y divertida, que se manifieste preocupada por la relación que se establece, de igual forma que se muestre seguro de sí misma.

Como tercera etapa, la de Rol, donde la atracción recae en la ejecución eficaz de los roles asignados a cada miembro de la pareja lo que nos sitúa en el plano de la reciprocidad, donde se comienzan a hacer evaluaciones positivas mutuas, estableciéndose lazos de complementariedad, congraciamiento  entre los individuos, estos lazos permiten y facilitan que los individuos establezcan una relación, dando paso finalmente a una relación íntima, instancia en la cual se comienza a manifestar preocupación por el bienestar del otro y se caracteriza por presentar manifestaciones de compañía, confidencia y ayuda entre los sujetos. Todas estas claves van generando un conocimiento del otro, que eventualmente implicará la existencia de intimidad.


La manera en que nos relacionamos puede proveernos de beneficios en distintas áreas y sin duda alguna influenciará nuestra habilidad para establecer y mantener las relaciones de pareja.

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