
Durante
muchos siglos se le negó a la mujer la legitimidad de sentir placer durante las
relaciones sexuales, por cuestiones del orden religioso o moral, por las cuales
la sexualidad representaba sólo una forma de reproducción. Si bien se aceptaba
el placer en el hombre, no así en la mujer, ya que en ella se lo consideraba
inmoral. Como consecuencia de tantos años de represión, hoy en día se sienten
sus repercusiones negativas, tanto que la anorgasmia femenina constituye una de
las disfunciones sexuales más comunes. La anorgasmia puede
definirse como la ausencia del orgasmo tras una fase de excitación normal,
producida a través de una estimulación que pueda considerarse adecuada en
intensidad, duración y tipo.
El orgasmo femenino es un proceso complejo, que tiene
componentes biológicos, psicológicos y sociales. Estos últimos son claves y así
lo demuestran importantes estudios antropológicos. En aquellas culturas en que
se permite que la mujer disfrute del sexo −tal como lo hace el hombre−, la
mujer tiene orgasmos regularmente. Mientras que en culturas que censuran el
placer femenino, la mujer tiene muchas más dificultades para alcanzar un
orgasmo.
En el caso de esta disfunción la
mujer puede tener deseo y excitación sexual, sin embargo por diversos
factores no culmina la fase de orgasmo. Es una de la disfunciones más frecuentes
en las mujeres, pudiéndose encontrar en frecuencias de casi entre el 30 y 40%
de la población femenina en Latinoamérica. Mucha de esta responsabilidad se la
podemos atribuir al machismo y a la falta de educación sexual de nuestras
poblaciones; en donde el hombre en muchas ocasiones se centra en su propia
satisfacción y en su eyaculación sin darle importancia a la satisfacción de su
pareja, adicionalmente la insistencia de “proveer” el orgasmo solamente por
medio de la penetración, pues la mayoría de las mujeres (75%) sólo puede
alcanzar el orgasmo a través de la estimulación continua de su clítoris.
Para diagnosticar ésta como una
disfunción sexual o inhibición debe ser recurrente y persistente, a pesar de
que se estimule adecuadamente. Esto quiere decir, que existiendo todas las
condiciones físicas y emocionales para lograrlo, el orgasmo no se presenta.
Existen varios tipos de anorgasmia las de origen orgánico - natural (embarazo,
el climaterio, la vejez, etc.); las de origen patológico y medicamentoso;
las de origen sociocultural y psicológicos; entre los cuales se encuentra la
falta o mala educación sexual, vergüenza, culpa, fobias, neurosis,
psicosis, mala relación de pareja actual o pasada, ambiente familiar alterado,
exceso de estrés, sentimientos negativos hacia el propio cuerpo, problemas de
autoestima, etc.
Actualmente existen programas de
entrenamiento para esta disfunción que se realizan paralelamente a la
psicoterapia que dan excelentes resultados. La anorgasmia en la mujer conlleva
directamente a la frustración de ambos y suele generar grandes dificultades, ya
que la sexualidad pasa de ser un fenómeno normal y placentero a una situación
de frustración y desencuentro; que si no es bien manejada por ambos suele ser
un motivo de distanciamiento en las parejas.